jueves, 5 de abril de 2012

Una mirada al futuro



Editorial
Elespectador.com
22 Marzo 2012 

Este diario cumple hoy 125 años de existencia. Una vida de más de un siglo dedicada al periodismo independiente, libre, a la promoción del flujo sano de las ideas, a no repetir lo que quiere ser leído.
Don Fidel Cano Gutiérrez dio el primer paso un día como el de hoy en una húmeda casucha de la calle El Codo de Medellín cuando imprimió el primer número de El Espectador. Su legado centenario venía acompañado de un mandato histórico: “rendir culto a las grandes ideas proscritas hoy por el odio, por la apostasía o por la debilidad; no dar a las buenas y a las malas acciones unos mismos nombres; no hablar a los dueños del poder el lenguaje de la lisonja, y no tributar aplausos ni a los hombres ni a sus actos sino cuando la conciencia nos lo mande”. Hoy, 125 años después, luchamos a diario por mantener vivo ese mandato.
La vela encendida por don Fidel han tratado de apagarla muchas veces a lo largo de la historia. Pero tal vez sea por ese mismo apego a sus principios que El Espectador no ha agachado (ni agachará) la cabeza y ha sobrevivido a todo lo imaginablemente posible: cierres, multas, encarcelamientos, excomuniones, saqueos, censuras, amenazas, asesinatos, bombardeos, crisis financieras, entre muchos otros. La luz sigue brillando. Y hoy con más fuerza que nunca. El Espectador tiene una posición, un nombre, un legado, una historia. Pero no sólo eso, sino también, tal vez lo más importante, sigue fiel a los principios que inspiraron su creación, con un periódico que se imprime a diario bajo la idea de un formato novedoso, rico en opinión, análisis, denuncias e investigaciones muy bien logradas. Hoy, como muchas veces lo hemos dicho cuando nos levantamos de los momentos más difíciles, ¡seguimos adelante!
Y esto cobra más sentido que nunca, porque nuestro enfoque, precisamente, es ir hacia adelante, mirar hacia el futuro, llevar a El Espectador a otros límites que marquen una segunda historia centenaria al servicio del buen periodismo. Al día de hoy tenemos muchos avances en este campo: el periódico se ha redefinido en su formato, uno más amable al medio ambiente, que usa tintas ecológicas, con un diseño moderno, más sencillo de leer. Pero ha trascendido del impreso con sus notas de internet que ayudan mucho a la inmediatez de la noticia, a volcarse sobre los hechos. O también con el uso de las plataformas digitales que las nuevas tecnologías proporcionan, con artículos hechos y pensados para las tabletas electrónicas, que contienen análisis más profundos, contextos más definidos, más grandes. El Espectador se volvió un medio al que se puede acceder desde cualquier lugar del mundo y por cualquier persona: a través de una tableta, o de un celular, o de un computador o del impreso mismo. No somos enemigos de esta realidad, lo importante no son las plataformas, sino los contenidos: que sigan reflejando por otro siglo lo que don Fidel Cano pensó hace más de uno.
Por lo tanto, sí, seguimos adelante. La historia que construimos hasta hoy sirve para lanzarnos a la apuesta del futuro. De la información dicha (y leída) de otra manera, de los contactos más directos con nuestros lectores, de los soportes audiovisuales, de desnudarnos de manera honesta semana tras semana revelando nuestros errores, nuestros debates internos, nuestra lucha por un periodismo independiente, nuestras debilidades. Ojalá sean muchos más los años en los que este país pueda leer un periodismo abierto, libre y transparente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario