Foto de la última presentación de Diomedes Díaz. Tomada de Internet. Antonio José de León |
Tomado de EL PAIS VALLENATO.COM
Luego de
conocerse que la dinastía López cedió el homenaje del próximo año a la memoria
de Diomedes Díaz, quien salió a hablar fue Alvarito, integrante de dicha
familia musical y compañero de fórmula del desaparecido cantante.
El acordeonero
dijo que Diomedes “siempre estuvo pegado a los López, por eso estuve de acuerdo
con que el Festival lo incluyera en el homenaje de este año, pues –sin ser
López– siempre fue de nuestra familia”.
“Ante las
circunstancias acaecidas con motivo del fallecimiento del cantautor Diomedes
Díaz Maestre, figura indiscutible del folclor vallenato, la familia López,
quienes teníamos asignado el homenaje por parte de la Fundación Festival de la
Leyenda Vallenata, hemos considerado ceder dicho espacio como un gesto de
reconocimiento a la labor artística de nuestro querido Cacique de La Junta”.
Y agregaron que:
“La familia López agradece una vez más el gesto que ha tenido la Fundación
Festival de la Leyenda Vallenata de convocarnos para este homenaje y pedimos a
nuestros amigos y seguidores la comprensión y apoyo por la decisión tomada,
para que dentro del marco del 47 Festival de La Leyenda Vallenata, podamos
conocer y engrandecer la maravillosa obra artística de Diomedes Díaz”.
La dinastía
reveló que sus intenciones fueron entendidas por Rodolfo Molina, presidente del
festival.
“Una vez más
agradecemos los sentimientos de solidaridad y esperamos que el mundo vallenato
le rinda el más grande homenaje a la obra artística de Diomedes Díaz, donde la
dinastía López, tendrá parte activa debido a que contribuimos a su crecimiento
musical”.
Hiperactivo
El acordeonero
relató que El Cacique de la Junta no tenía nada similar a los demás cantantes,
de hecho él tenía que estar muy atento porque en cualquier momento salía con
alguna cosa.
“Había que
tenerle mucha paciencia porque era hiperactivo en la tarima y para mí era un
doble trabajo, pues no solo tenía que concentrarme en mi acordeón sino, al
tiempo, mirarlo a él porque comenzaba a cantar y paraba en seco y se arrodillaba
o estaba en la mitad de una canción y se le daba por versear”, dijo, para
indicar que
“A todo eso me
acoplé: al comportamiento, a su incumplimiento, que a veces no podía ir a
alguna presentación y yo daba la cara por ambos. Había que tener mucha fortaleza
para eso. Dios me la dio. Fue así como grabamos el primer CD, Listo para la
foto, con el que nos fue muy bien y ganamos el Grammy”.
Repartía hasta dos millones de pesos
Alvarito no se
olvida de la generosidad de Diomedes: “la plata le gustaba compartirla con la
gente de abajo: el policía, el barrendero. Cuando llegaba a Valledupar,
repartía uno o dos millones a los que recogen las maletas en el
aeropuerto. Además de ser mí compañero y mí cantante era mi amigo y hasta
un papá para mis hijos. Cuando íbamos en un avión me decía “Compadre, siéntese
a mi lado”. Le exigía a los empresarios que si él viajaba en clase ejecutiva yo
también debía hacerlo, que si a él lo hospedaban en tal hotel, a mí tenían que
darme una habitación igual que la suya”.
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